29 de marzo de 2024

Pozo Alcón: La historia y sus gentes V, por José Manuel Leal

EL RÍO GUADALENTÍN Y EL GUADALENTINEJO

El río Guadalentín es el río de Pozo Alcón y Pozo Alcón es también su río. Atraviesa todo el término de Norte a Sur, estableciendo prácticamente el límite oriental con la provincia de Granada. Su paisaje, su intrincado recorrido, sus ecosistemas ricos y variados, la pesca de subsistencia tradicional o deportiva, el aprovechamiento para regadíos con el Canal de Iturralde primero, y el embalse de La Bolera después, las prácticas actuales de espeleología y barranquismo, todo esto y mucho más constituye y ha constituido siempre, junto a la Sierra, la mayor riqueza de Pozo Alcón. En sus márgenes, lugares propicios para asentamientos humanos desde la Prehistoria, se han producido enfrentamientos militares, como el de 1811 en la guerra contra los franceses, y crímenes horrorosos, como el de 1936 al inicio de la Guerra Civil. Su cauce ha sido cruzado y vadeado una y otra vez por arrieros, contrabandistas y bandoleros; por paisanos y viajeros de todas las épocas. Y, como la mayoría de los ríos, el río Guadalentín tiene distintos nombres, según los tramos y sus propios misterios.

Croquis aproximado de la cuenca del Río Guadalentín.

La primera referencia histórica, que yo conozco, data de 1250, año en que el arzobispo de Toledo, Sancho de Castilla y, poco después, en 1257, su sucesor, Sancho de Aragón, conceden un privilegio a los nuevos repobladores de Quesada para no pagar los derechos de paso y portazgo en toda la zona excepto “en el tramo que va desde la Alcantariella a la Fuente del río Guadaletín”. Esta es la primera referencia escrita de la Fuente del río y sus implicaciones en el origen del pueblo serán muy importantes, como veremos en futuros artículos. Así pues, desde el S. XIII, tenemos identificado el río, pero es que, además, al menos desde 1827 en el “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal”, de Salvador de Miñano, se habla ya y se distingue entre el río Guadalentinejo y el Guadalentín, pudiendo parecer a veces que se trata de dos ríos distintos, siendo como es el mismo río, aunque con dos orígenes diferentes.

La mejor descripción desde su nacimiento hasta su desembocadura es la que hace Iturralde en 1872 en la “Memoria descriptiva del Proyecto de Canal derivado del río Guadalentín”, que será la base documental de este artículo. Escribe el ingeniero, en la descripción general del valle del Guadalentín: “…comienza un arroyo conocido por el Guadalentinejo y más aguas abajo por río Guadalentín. Nada más pintoresco que el valle del Guadalentinejo: formando contraste con las elevadísimas y escarpadas laderas de rocas calizas cubiertas de pinos que forman su cuenca, el lecho se desarrolla con una pendiente suave y por sus márgenes cubiertas de césped, una tortuosa vereda, que recorre las inflexiones de la corriente, permite seguir sin fatiga su bullicioso curso y admirar el bravío aspecto de las laderas, animado por los arriesgados saltos de las ardillas, que en gran número anidan en los pinos(…) Poco más adelante, a 20 kilómetros del origen, las rocas de la izquierda agrupándose caprichosamente forman una anchurosa cueva y un profundo pozo. Es el sitio más pintoresco del río, y en este punto se transforma en el Guadalentín”.

Después de la pormenorizada y poética descripción del río, Iturralde procede a la medición del caudal, distinguiendo entre el del Guadalentinejo, el de las Fuentes del Guadalentín y el del Guadalentín propiamente dicho. Y la razón es evidente: “Penetrado de la importancia que tiene el fijar el caudal de aguas en la época del estiaje y teniendo éste lugar en el Guadalentinejo, poco antes de las primeras lluvias del otoño, y siendo sensiblemente invariable el caudal de las Fuentes del Guadalentín, decidimos practicar los aforos necesarios a fines de agosto y así lo realizamos en los días 21, 22 y 23 de 1870”. Las mediciones dieron el siguiente resultado:

–              Total por segundo del Guadalentinejo: 277 litros.

–              Total por segundo Fuentes del Guadalentín: 3073 litros.

–              Total por segundo Guadalentín: 3395 litros.

La diferencia de 45 litros final es explicada por cuestiones técnicas en la medición, e Iturralde calcula que, con estos datos, se podrían regar 8800 hectáreas.

Además de las referencias del ingeniero Iturralde, tenemos, al menos, otros dos textos más que confirman la distinción entre Guadalentinejo y Guadalentín. En el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones en Ultramar, de Pascual Madoz, en 1845, tratando de averiguar el verdadero origen del Guadiana Menor, escribe: “Quieren otros que el verdadero origen del Guadiana Menor sea el referido Guadalentín, que nace en la Sierra llamada la Cabrilla, en una fuente nombrada Guadalentinejo que, aunque no muy copiosa, es lo suficiente para mover una máquina que allí hubo para serrar madera”.

Y, efectivamente, la hubo porque en una sentencia del Tribunal Supremo, de 16 de abril de 1881, se prorroga a dos hermanas viudas de Cazorla el uso de “una sierra de agua establecida en el sitio que nombraban Guadalentinejo para fabricar de tableros y cuartonería para particulares…”

Y el último texto que presentamos es de 1915. Se trata del “Plano General del Proyecto de concesión de un salto de agua en el arroyo de Guazalamanco”, con el que Manuel Torres Quiñones trajo la electricidad al pueblo por primera vez. Aquí aparece claramente la denominación de Guadalentinejo al río en que entra Guazalamanco.

Y una vez que ha quedado establecida la diferencia entre Guadalentinejo y Guadalentín, como dos ríos en uno, muy probablemente nos estemos acercando al significado mismo del nombre del río, pero de esto nos ocuparemos con todo detalle en el siguiente artículo.

José Manuel Leal

2 comentario en “Pozo Alcón: La historia y sus gentes V, por José Manuel Leal

  1. Después de leer y disfrutar de los magníficos artículos históricos de José Manuel Leal, quiero expresar mi reconocimiento y admiración por este trabajo tan excelente. Considero, por lo que conozco, que es la persona que con más rigor y calidad esta trabajando en desempolvar nuestra historia. Como poceño y amante de la historia quiero trasladarle mis felicitaciones y agradecimiento, así como sugerirle a los poderes públicos que lo apoyen, dotándolo de los medios necesarios, para que este profesor y amante del Pozo, siga trabajando y recoja todo su trabajo en un libro sobre la historia de Pozo Alcón

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