28 de marzo de 2024

Pozo Alcón: La historia y sus gentes, XI, por José Manuel Leal

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA( I )

La llamada “Guerra de la Independencia”, también conocida como “La Francesada”, la “Guerra Peninsular”, “Guerra del Francés” o “Guerra de los Seis años”, fue un conflicto bélico que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el “Primer Imperio Francés”, al mando de Napoleón Bonaparte. Tuvo además un gran componente de guerra civil entre los llamados “afrancesados”, agrupados en torno al rey impuesto José I, hermano del Emperador, y los “patriotas”, agrupados en torno a la Junta Suprema Central y a la figura de Fernando VII. Los vencedores de este conflicto fueron Inglaterra y Portugal; la vencida, Francia, y la verdaderamente derrotada fue España con unos efectos devastadores para el conjunto del país y para cada uno de sus pueblos, exprimidos por las exigencias y rapiñas de los ocupantes y las ayudas, más o menos fieles, a la resistencia de los ejércitos españoles y guerrilla.

Las tropas francesas habían entrado en la Península, por el tratado de Fontainebleau, para, en unión de las españolas, invadir Portugal; sin embargo, es a partir del 2 de mayo de 1808 cuando los historiadores sitúan el inicio de la Guerra de la Independencia, una vez que los españoles han visto cuáles son las verdaderas intenciones de Napoleón. El 25 de septiembre de 1808 se constituye en Madrid la Junta Suprema Central, que luego se traslada a Sevilla para terminar refugiada en Cádiz. Contaban con cinco ejércitos: el ejército de Extremadura; el Ejército de la Izquierda (antes Galicia); Ejército de Reserva (antes Aragón); Ejército de la Derecha (antes Cataluña); y el Ejército del Centro (con la unión del de Andalucía y Castilla), que es el que a nosotros nos interesa. Al principio, el Ejército del Centro estuvo al mando del general Castaños, para pasar después al general Blake, que será el comandante en jefe de la defensa de la llamada “Raya de Murcia”, cuya mayor extensión hacia Granada estaría en una línea imaginaria que va desde la Venta de Baúl a Pozo Alcón, con Baza como centro operativo. En la defensa de esta vanguardia del ejército del Centro estarán los poceños y estará Pozo Alcón.

La invasión de Andalucía se hizo en dos épocas: en la primera de ellas, al mando del general Dupont, más que una invasión propiamente dicha se trataría de una incursión de rapiña, que terminó con la derrota francesa en la batalla de Bailén, en 1808; en la segunda, una invasión ya en toda regla, la Grande Armée, al mando del propio Emperador, ocupó prácticamente toda Andalucía a partir de enero de 1810. Inmediatamente invaden Jaén, el 23 de enero; Granada, el 28; o Málaga, el 3 de febrero. En Jaén se establece la Prefectura Giennense al mando del general francés Deo Gratias Nicolás Godinot, del que oiremos hablar en repetidas ocasiones.

La primera referencia de la participación de poceños en esta guerra es su aparición en un texto literario de Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales, “Bailén”, batalla ocurrida en julio de 1808, que supuso la primera expulsión de los franceses de Andalucía. En el capítulo XII de ese Episodio, escribe Galdós: “Entre los paisanos armados que se juntaron con Echevarri, existía un grupo compuesto de contrabandistas de Sierra Morena, Villamanrique y de Pozo Alcón…”. En esta batalla fue donde los partisanos poceños se iniciaron en los rigores y miserias de la guerra, y la mayoría de ellos se integrarán posteriormente en las filas de la guerrilla.

De M. Bartolomé en la obra citada

La importancia estratégica de Pozo Alcón en la Guerra de Independencia viene determinada por dos hechos: las acciones de la guerrilla y su situación geográfica. Efectivamente, desde los primeros meses de la segunda invasión napoleónica de Andalucía, Pozo Alcón se convierte en un vivero de hombres y caballos para abastecer a la guerrilla, reagrupadas en “El Batallón de Voluntarios” y “El Escuadrón de Cazadores” que, primero al mando del teniente Espinosa y después del coronel Bielsa y otros, tienen como misión proteger a los pueblos y hostigar las comunicaciones y aprovisionamientos del enemigo. Además, y esto es más importante en nuestro caso, servían de barrera defensiva entre el ejército francés y el ejército español del Centro, situado en Murcia, y de cuya primera División, al mando del brigadier Ambrosio de la Cuadra, dependieron en las acciones de guerra más significativas en esta zona militar. Una vez más en la historia, para bien o para mal, la situación geográfica de Pozo Alcón coloca al pueblo en un lugar estratégico en las comunicaciones entre Andalucía y Levante.

Una vez ocupada Andalucía y organizadas las “Guerrillas de Jaén”, empiezan las operaciones militares. Tras la primera invasión de Baza el 22 de febrero de 1810, el comandante general Hermenegildo Bielsa ordena inmediatamente a las partidas de guerrilleros, encabezados por Uribe y Don Pedro Alcalde, se dirijan a Pozo Alcón a fin de observar los movimientos franceses en Baza. Para su abastecimiento, en julio de 1810, se envían desde Úbeda 143 borregos a dichas partidas. Y, a partir de aquí, se inicia una serie de entradas y salidas temporales y continuas de franceses y tropas españolas en Pozo Alcón que, en síntesis, quedaría así:

1810

  • Tras la invasión de Baza, 22 de febrero, partidas guerrilleras llegan a Pozo Alcón. Úbeda envía suministros.
  • A finales de julio o principios de agosto, las tropas francesas invaden Pozo Alcón, probablemente con el 5º Regimiento de Dragones.
  • En septiembre, las tropas francesas abandonan el Pozo para reagruparse en Jaén. Vuelve la guerrilla.
  • El 8 de noviembre, 2000 franceses salen de Villacarrillo para atacar a la guerrilla.

1811

  • El 31 de marzo de 1811, sabemos que los franceses están aquí con el 5º Regimiento de Dragones.
  • A finales de abril o principios de mayo, una parte de la Primera División, al mando del brigadier Domingo Merino de Tejada, está acantonada en Pozo Alcón. Úbeda vuelve a mandar suministros. Más tropas españolas se reúnen en Pozo Alcón.
  • En agosto, el general Godinot ataca y los españoles huyen hacia Castril.

Dejamos aquí la secuencia cronológica de las vicisitudes militares, y en el siguiente artículo nos ocuparemos del “combate de Pozo Alcón” en un enfrentamiento entre las tropas de Godinot y las fuerzas españolas comandadas por el brigadier Ambrosio de la Cuadra. Pero volvamos a lo anterior. Veíamos cómo, ocupada Baza, la guerrilla se establece en Pozo Alcón y en el mes de julio de 1810 se envían desde Úbeda 143 borregos para su abastecimiento. A continuación, a finales de julio, las tropas francesas ocupan el pueblo; pero, en septiembre, Bielsa informa de que “los enemigos que se hallaban en Huéscar y Pozo Alcón y los que quedaban en Quesada se han retirado a Jaén”. Posteriormente, el 8 de noviembre de aquel año, el coronel español Dirvel comunica a De la Cuadra que “los franceses en número de 2000 salen de Villacarrillo para combatir la guerrilla en Pozo Alcón”. Pasado el invierno, los franceses vuelven a ocupar el pueblo y quedan bajo el mando del coronel del 5º Regimiento de Dragones. Estas tropas se retiran y reagrupan en Granada al mando ya del Duque de Dalmacia, el mariscal Soult, circunstancia que aprovechan los españoles agrupando efectivos militares para preparar un gran ataque a la capital granadina. Y así sabemos que, en mayo de 1811, fuerzas de la Primera División del Tercer Ejército del Centro reciben nuevamente avituallamiento desde Úbeda, en este caso se envían 35 fanegas de trigo y 3 de cebada. Observe el lector cómo ya no hay borregos y las fanegas de cereales son verdaderamente escasas para la cantidad de soldados que se estaban reuniendo en Pozo Alcón. Los estragos de la guerra eran ya más que evidentes y lo peor estaba todavía por llegar.

Se conserva en el Ayuntamiento de Huesa un documento de gran interés para nuestro estudio. Se trata del traslado de una orden del coronel del Regimiento nº 5 de Dragones, que hace el alcalde de Pozo Alcón, Antonio Clemente Rodríguez, exigiendo al alcalde de las Aldeas de Poyatos (Huesa) que mande inmediatamente a esta villa del Pozo 12 fanegas de trigo y 24 de cebada o centeno para la subsistencia de las tropas imperiales residentes aquí. Por este documento sabemos varias cosas, como el nombre del alcalde, las fuerzas ocupantes o el hecho de que los franceses en ese momento no ocupaban Huesa, puesto que al final de la orden se amenaza con que si no se cumple ese envío en pocas horas, “pasarán las tropas a hacer una requisición militar”. Y en este punto se nos presenta una disyuntiva: ¿era una orden real del coronel francés o fue una argucia del alcalde de Pozo Alcón para repartir las cargas de la ocupación? Nunca podremos saberlo a ciencia cierta, aunque cualquiera de las dos podría ser factible, si tenemos en cuenta la ruina y miseria que ya se extendía por todos los pueblos.

El alcalde de Pozo Alcón traslada una orden francesa al de Poyatos (Huesa).

Hasta ahora, más que combates propiamente dichos, lo que había habido eran escaramuzas, como en una especie de juego del ratón y el gato. Las tropas francesas llegaban y los españoles se retiraban a la sierra; cuando los franceses se retiraban para reagruparse, las guerrillas hostigaban la retaguardia enemiga y volvían a ocupar el pueblo. Lo único que era continuo fue el sufrimiento y la ruina de todos sus habitantes. Y mientras todo esto ocurría, en vital contraste, en la ciudad de Cádiz, rodeada por el enemigo y único reducto importante donde los franceses nunca lograron entrar, allí, un poceño, Timoteo Segura y Rodríguez, realizaba estudios de medicina. Sus padres, Francisco Segura y Francisca Rodríguez, pertenecientes a una de las sagas familiares más acomodadas e influyentes del pueblo, habían enviado al joven Timoteo, a la edad de 19 años, el cual fue admitido de Colegial Interno el 30 de septiembre de 1809, después de haber sido examinado y aprobado en Latinidad y Filosofía. Su padre actuó como fiador. Entre 1810 y 1813, consta que fue “bueno en todo” en los cuatro exámenes anuales; mientras que en el quinto (en 1814) estuvo enfermo y aprobó posteriormente. El 14 de noviembre de 1814 fue nombrado médico celador, cuyo cargo desempeñó hasta 1815 en que se licenció por enfermo. Consta que en 1817 se le expidió el Certificado de Bachiller en Artes; el 12 de junio, el Grado de Bachiller en Medicina y, por fin, el 10 de julio de 1817 se revalidó de Cirujano Latino. Me he detenido un poco para mostrar cómo, a pesar de todas las circunstancias adversas de la guerra y la destrucción, la vida cotidiana continuaba fluyendo.

José Manuel Leal

Las mujeres sufrieron todo tipo de violencias

Un pensamiento en “Pozo Alcón: La historia y sus gentes, XI, por José Manuel Leal

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.