19 de abril de 2024

Pozo Alcón: La historia y sus gentes, XIX , por José Manuel Leal

Las imágenes de la Virgen de los Dolores

Antes de centrarnos en el tema que nos ocupa, me parecen oportunas algunas aclaraciones previas: en primer lugar, he de decir que mi conocimiento del arte sacro, en general, y de la imaginería, en particular, es muy escaso, así que me limitaré a recoger algunas noticias del pasado y me atreveré a formular alguna hipótesis, sin más fundamento que la lógica y la intuición; en segundo lugar, recordemos que en la actualidad hay dos imágenes de esta Virgen en Pozo Alcón: una, que llegó en 1941, de autor desconocido, venerada como la Virgen de los Dolores, y otra, llegada después, muy probablemente de algún taller de Olot, en Gerona, conocida como la Dolorosa. Además, tendríamos la antigua imagen de la Virgen de los Dolores, muy probablemente del S.XVIII, de la Escuela del artista granadino Agustín Vera, y que fue destruida en la Guerra Civil. Hemos de aclarar que en aquella época se identificaba indistintamente a la Virgen de los Dolores, con la Dolorosa e incluso con la Soledad. Sin embargo, hoy existen una Cofradía y una Hermandad distintas para la Virgen de los Dolores, una, y para la Dolorosa, otra. Las siguientes fotografías nos ilustran más sobre cada una de ellas.

Aunque la patrona de Pozo Alcón es Santa Ana, “La Abuela”, sin embargo, es la Virgen de los Dolores la que siempre ha recogido la fe popular en este pueblo. Algo similar ocurre con San Gregorio, que casi ha sustituido en la festividad popular al patrón histórico, que es San Sebastián. Y otra consideración previa. Como ustedes bien saben, en la mayoría de lugares de España, en el tema referido a Cofradías y Hermandades, las distintas clases sociales se agrupan en ellas. En Pozo Alcón, históricamente, la Cofradía del Nazareno ha sido, para simplificar, la de los ricos; y la de la Virgen de los Dolores (o Soledad), la de los más pobres del pueblo.

La actual imagen de la Virgen de los Dolores es una preciosa talla, una verdadera obra de arte sacro. Está esculpida toda entera, de arriba abajo, incluido el vestido interior, y los pies tallados con unas sandalias superpuestas. Esto ya nos da una idea del trabajo del artista. Y así, la primera cuestión que se nos presenta es la de la autoría de la obra. Sabemos que, a finales de 1939, una comisión formada, entre otros, por el alcalde y Santos Torres Antiñolo se trasladó a Madrid para comprar nuevas imágenes para la iglesia, que habían sido destruidas, en su mayoría, en 1936. Entre aquellas nuevas imágenes que se compraron, se encontraba un “Cristo en la Cruz”, otra de “Jesús Nazareno con la Cruz ayudado por Simón Cirineo”, también un “Cristo Yacente en el Sepulcro”; y, por último, se encontraba la nueva imagen de la Virgen de los Dolores, que llegó más tarde a principios de 1941. Todas estas imágenes procesionaron por primera vez en la Semana Santa de 1943. Así escribe el cronista Antiñolo en el periódico “Ideal”, el 14 de mayo de 1943: “Y una Dolorosa en que el artista se ha inspirado en las líneas y los rasgos de la Dolorosa destruida para estilizarlos y sublimizarlos en la nueva escultura. Aquella Virgen era una imagen más humana; ésta es una imagen de aspecto más divino. Aquella miraba al pueblo con ojos amorosos y tristes; ésta dirige la mirada a la altura para enseñarnos como consuelo perdurable el camino del Cielo”.  

Así pues, tenemos un “artista” que, sea quien fuere, trabajó con un encargo concreto, inspirado en la imagen anterior de la que se conservan las fotografías que se utilizaron. Pero con una diferencia sustancial: en la imagen destruida, la Virgen miraba de frente; en la nueva imagen, los ojos se dirigen al cielo. En cualquier caso, el autor tardó más de un año en realizar la obra, y su precio estuvo alrededor de 2500 pesetas, lo que suponía una cantidad exorbitada en ese tiempo, en sí misma y comparada con las tarifas ordinarias. Y ahora voy a formular una hipótesis sobre el posible autor. En mi opinión, el autor de esta obra de arte podría ser Jacinto Higueras Fernández. Del taller de Higueras salió, por ejemplo, la nueva imagen de la Virgen de Tíscar y otras similares de los alrededores. Entonces, no sería nada extraño, sino más bien muy lógico, que la comisión de Pozo Alcón fuera al mismo taller en Madrid. Por otra parte, sabemos también, sin ninguna duda, que Jacinto Higueras es el autor del busto de Antonio Lazo, el fundador de la empresa de regadío, que se inauguró en 1949. Es decir, que efectivamente una relación directa con Higueras la hubo.

Según opinión de personas especialistas en el tema, la talla, por su dulzura, no se corresponde con el estilo de Higueras quien, además, solía producir “en serie”, de tal forma que varias imágenes suyas son prácticamente iguales unas a otras. En este sentido, cabría argumentar que, como asegura Antiñolo, fue un pedido concreto con fotografías de la anterior imagen, cuya realización llevaría bastante tiempo. Así describía Antiñolo el rostro de la imagen destruida: “Su rostro ovalado de líneas suavísimas y bellas tenía la expresión perfecta del inmenso y divino dolor. Sus grandes y hermosos ojos miraban tristemente bañados en llanto y una lágrima desprendida se detenía en la cara completando la divina expresión de su infinita amargura”. Por otra parte, la nueva talla es de cuerpo entero, algo inusual en una imagen de vestir, y no con una simple estructura de palos interiores que sujeten el ropaje. Y esta forma constructiva parece ser una característica de la Escuela valenciana y catalana. Pero es que resulta, también, que Higueras se formó en esa Escuela con los célebres escultores Querol y Benlliure. En fin, una serie de indicios de los que podríamos deducir dicha autoría.

Otro asunto que creo despierta la curiosidad de los fieles es el del “Manto de la Virgen”. Según he podido investigar, D. Manuel Torres Quiñones, fallecido en 1948, rico hacendado local y alcalde por el partido conservador varias veces, había dejado escrito en la cláusula séptima de su testamento: “…y que se destine la cantidad de mil pesetas a adquirir algún objeto o adorno para la Virgen de los Dolores de Pozo Alcón; si decidieran adquirir un manto sencillo, sin lujo, y éste costare algo más de mil pesetas, ruega a sus herederos se impongan un pequeño sacrificio”.

Es muy probable entonces que el origen, si no de la idea que posiblemente ya circulaba, al menos del inicio de las actuaciones para comprar ese manto, esté aquí. Manuel Torres mostraba una gran devoción a la Virgen de los Dolores, y mucho tiempo antes, el 13 de abril de 1927, había escrito el mismo Antiñolo un artículo sobre el novenario de la Dolorosa en el que decía: “La hermosa y expresiva imagen de la Madre del Dolor que aquí poseemos se coloca en el altar mayor. Un arco de lámparas eléctricas forma a su alrededor un marco luminoso. Y las velas y los focos difundidos por el altar y en las naves del templo completan la brillante iluminación, que este año ha donado la esplendidez devota de D. Manuel Torres, propietario de la central hidroeléctrica del Molinillo”.

Pero claro está que con esa cantidad no había suficiente para comprar un manto, con el que la Virgen procesionó por primera vez en 1950, y que, según anotaciones del párroco, Máximo Marín, ascendió a 27000, lo cual sí que es una cifra verdaderamente desorbitada en esa época. Costara lo que costara el manto, lo cierto es que tuvieron que hacerse diferentes colectas y actos públicos para recaudar ese dinero. En esta faceta habría que destacar la labor, entre otros, del mismo Antiñolo y su sobrino, por parte de madre, Santos Torres. Les ofrezco a continuación la noticia (“Ideal”, 19/05/1950) de una de las veladas artísticas que se realizaron:

José Manuel Leal

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